Cuando sólamente queda el deseo, y todo se combierte en pura pasión, entonces un beso, un único beso desencadena una catarata de emociones irrefrenables.
La ropa desaparece como con vida propia. Tu respiración y la mía se aceleran, nos clavamos los ojos y las lenguas, mientras mis dedos juegan a acariciar la parte inferior de tus pechos, y luego se deslizan cogiendo tus pezones entre mis dedos, retorciendo, pellizcando, con una cadencia y una presión medida al milímetro.
Tu pezón se desliza entre mis labios y mi lengua juega a hacerlo vibrar, mordisqueando con cuidado, succionando con empeño.
Bajo hacia tu sexo decidido, sintiendo su sabor su textura, y tu al tiempo te giras haciendo que nuestras bocas y nuestros sexos se fundan. Me retuerzo, jadeo, sudo y nada me importa, sólo idolatrar tu cuerpo, fundirme contigo, quedar exhausto y vacio, fundido en un abrazo desnudo...

Comentarios

Entradas más populares de este blog