Recuerdas cuando lo más cercano al verbo entre tu y yo era una mirada de estrella, de esas que caen rasgando el firmamento y sirven para pedir deseos de los que sólo se cumplen si cierras los ojos con mucha fuerza, sembrando de arrugas su contorno.

Recuerdas cuando juntábamos tu positivo y mi negativo, haciendo que la electricidad fluyera entre los dos, como el agua que fluye encontrando siempre un camino o creando el suyo propio.

Recuerdas el rojo de tus mejillas, el blanco de tu sonrisa, el verde de tu mirada, cuando respondías a uno de tantos pueriles y jocosos comentarios salían de mi boca sin filtro.

Recuerdas el olor a ti que formaba ya parte de mi de tanto perder mi boca entre tus piernas.

Recuerdas como vibraba sin control con tu lengua en mi espalda y en mi culo, regándome con tu saliva.

Recuerdas apoyarnos el uno en el otro y contarnos cosas nuestras, que no todos conocen.

Recuerdas...

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