La locura que forma parte de mi, lucha por abrirse paso entre el gris plomizo que viste el cielo, y los reflejos oleosos de los charcos. El día que deje de sonreir llévame a urgencias, ese día estaré enfermo, enfermo de vida insulsa y monótona, de esa que se cuela por los poros y te convierte en un número, una pieza, un esclavo del tiempo. Si algún día el gris plomizo gana la partida, y me reduzco a la mínima expresión de individualidad, pequeño y encogido, recúerdame que algún día fui el que reía sin motivo, el que bailaba los domingos al despertar aún roto por dentro, el que siempre da un consejo rodeado de una sarta de humor negro e incomprensible. Porque ese soy yo...
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Mostrando las entradas de junio, 2019
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El amor es una opción, un camino, una elección. El amor no es un sentimiento, hay que creer en el para sentirlo, cuidarlo día a día como cuidas un hijo, cometiendo errores pero haciéndolo lo mejor posible. El amor es dar, pero también recibir, el amor es equilibrio, es compartir y respetar. Sólo hay mariposas si las cuidas, si las dejas entrar y no las dejas salir, porque lo que no cuidas vuela, y lo que vuela quizás no vuele en tu dirección. A veces el amor es un paciente terminal, al que te empeñas en mantener por todos los medios, todos artificiales, pero es un amor que ya esta muerto, un amor que se convierte en un lastre, al que hay que dejar ir quedándose con lo mejor, con la parte buena. El amor es un sueño, que todos los mortales soñamos pero que pocos hacen realidad, por eso soñamos una y otra vez sueños imperfectos, que terminan en frías mañanas. El amor es una droga, que engancha lo justo para destrozarte de tanto repetir, y que cuando te gana la partida, tu eres una car...
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Sentí miedo de sentir, cuando sientes eres vulnerable, y temo ser vulnerable, no quiero serlo... tengo miedo. Me levanto cada mañana con mi muro, las piedras las va poniendo la vida y yo sólo me encargo de sujetarlo. Soy débil, pero juego a ser fuerte, no me gusta que me pisen, y soy demasiado intuitivo. me adelanto a las personas y a los acontecimientos, acierto mucho y eso me corroe, quizás sea más una maldición que un don. Mi cabeza trabaja a doble velocidad, a veces es agotador, intento pensar lo justo, pero es injusto mucho de lo que pienso. Siempre me llevé mejor con la gente adulta, sus conversaciones eran más excitantes, sus experiencias me llenaban. Cuando algo o alguien me interesaba me encantaba bucear a lo más profundo, con ganas de aprender, de empaparme. Al final pienso que detras de todas esas siluetas hay gente que vale la pena, personas de verdad, como yo, con errores y aciertos, pero personas, de esas que vale la pena que ocupen una porción de ti, y a las que dar...
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Se que cuando me hablas, tu mente es más rápida que tu boca, y me imaginas de mil maneras, casi todas empiezan en tu boca, casi todas terminan entre tus piernas. Y yo que me dedico a temblar cuando me miras, sintiendo esa mezcla de rubor y excitación, creo que quiero conocer tus curvas, tanto como tus aristas. Tus montes, tanto como tus mesetas. Te deseo. En mi cabeza seguro que te habré tentado mil veces, desnudado, acariciando tu piel con un leve roce, casi imperceptible, erizando el fino vello que recorre tu espalda y tus nalgas, buscando tu flor exótica, agitando tu botón de encendido con mi lengua, mientras mis dedos juegan a serpentear dentro de tu anatomía. Somos sexo desatado ,tu y yo, aunque no lo sepas, de ese que prende fuego en la hierba seca, de ese que suena a chasquidos, de ese que te envuelve y no te suelta, cual presa indefensa. Me dedico a ha...
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Cuando sólamente queda el deseo, y todo se combierte en pura pasión, entonces un beso, un único beso desencadena una catarata de emociones irrefrenables. La ropa desaparece como con vida propia. Tu respiración y la mía se aceleran, nos clavamos los ojos y las lenguas, mientras mis dedos juegan a acariciar la parte inferior de tus pechos, y luego se deslizan cogiendo tus pezones entre mis dedos, retorciendo, pellizcando, con una cadencia y una presión medida al milímetro. Tu pezón se desliza entre mis labios y mi lengua juega a hacerlo vibrar, mordisqueando con cuidado, succionando con empeño. Bajo hacia tu sexo decidido, sintiendo su sabor su textura, y tu al tiempo te giras haciendo que nuestras bocas y nuestros sexos se fundan. Me retuerzo, jadeo, sudo y nada me importa, sólo idolatrar tu cuerpo, fundirme contigo, quedar exhausto y vacio, fundido en un abrazo desnudo...