Entradas

Mostrando las entradas de abril, 2019
Me preguntaste: haces poesía?. Yo me quedé mirando, absorto, pensando mi respuesta. Tu eres poesía. Haces poesía cuando te deslizas cortando el aire con la falda de tu vestido, de una forma sutíl, con la precisión del escalpelo. Haces poesía cuando miras descarada, y regalas una de esas sonrisas que iluminan el  día más oscuro. Haces poesía cuando juegas a arreglar tu cabello desordenándolo ordenadamente. Haces poesía cuando deslizas pensamientos impuros en almas impías como la mía. Haces poesía cuando mueves tu cadera a cada paso, con un movimiento pendular que me quita el sentido. No, no hago poesía, la poesía la haces tu.
Era tan tarde que ya era temprano. Me desperté allí, en tu cama,  desnudo,  sintiendo el calor de tu cuerpo,  el delicado aroma de tu piel. Lo siento,  te miro y me provocas,  no puedo dejar de seguirte con la mirada cuando te levantas desnuda,  no puedo dejar de pensar en acariciar tus pechos, retorciendo,  mordisqueando, succionando justo en el límite, donde el placer se mezcla con otro tipo de sensaciones. Te giras y noto como rozas mi sexo. Te tengo de frente,  abres los ojos y me pierdo en ese océano que es tu mirada. Mientras abres la boca para decir algo yo aprovecho y te planto un beso en el labio inferior, primero algo suave,  muy lento,  luego lo convierto en un pequeño  mordisqueo,  tiro y lo atraigo hacia mi. Contigo no hay medida,  te huelo y me enciendo, te toco y me enciendo,  si el deseo tiene nombre dime el tuyo,  me escondo bajo las sábanas buscando tu sexo,  introduciendo mis dedos...
Creí que de amor sabía mucho y realmente no sabía nada, era un jugador en un juego que me venía grande. Creí que el amor eran mariposas en el estómago, noches de vino y rosas, polvos de colores. Creí que el amor tenía cuerpo y nombre de mujer,  que equivocado... Entonces llegasteis vosotros, con olor a vida y del tamaño de un globo terráqueo y eses dos globos se convirtieron en mi mundo. Ojitos de almendra y sonrisa limpia. Con un alma que no os cabe en el cuerpo y que llena el mío. Creí que de amor sabía mucho y realmente no sabía nada, porque hasta que os conocí no supe de amor,  de ese que duele de tanto usarse,  pero que merece la pena cada segundo. De ese que da sentido a una vida. De ese que se mete dentro y ya no quiere salir porque ya te ha cambiado, nunca serás el mismo.
 Y me sumí en lo más oscuro de mi ser, miles de pensamientos retorcidos, torturándome sin compasión.  Escupiendo palabras a borbotones, y llorando sentimientos, de esos que escondía cada día. Alguien me dijo una vez, sólo hace daño el que puede, y yo te otorgué ese poder, porque creo en las personas, pero siempre elijo la equivocada.  Quizás te deba dar las gracias, porque como sabes uno no elige a quien ama, pero esa persona te puede enseñar miles de cosas, de formas bonitas o crueles, pero al fin y al cabo todo es parte del aprendizaje.  Espero que no te moleste lo que soy ahora, en parte tu has tenido mucho que ver en esta versión de mi mismo.  Quizás el ave fenix que resurgió de las cenizas ya no es esa persona a la que controlar, es una persona más libre, más segura, y se que te descoloca, pero no se puede prender una brizna de hierba seca en pleno verano y luego controlar el incendio de proporciones astronómicas que has creado.  Sabes que te amo...